La responsable regional del sector de Dependencia de ese sindicato, Margarita Pelayo, explicó, pancarta en mano, que el problema de fondo es «un conflicto laboral grave, porque se exige a los gerocultores, encargados personalmente de los usuarios, que sean trabajadores multifunción, que ejerzan trabajos de lavandería y limpieza, algo que excede a su competencia, como marca el convenio». Se preguntó la líder sindical «¿cómo se atiende con calidad un usuario si te pasas el tiempo limpiando?».

Explicó que «el problema viene de lejos, han estado asumiendo funciones que no eran las suyas, sin cobrar lo debido por trabajar de noche o fines de semana, han abusado de ellas y esto no puede seguir así». Además, aseguró que en esa residencia «están escasos de personal y la carga de trabajo es muy importante». Son 32 usuarios y 22 trabajadores, de los que 14 son gerocultores. Además, «a la psicóloga no la hemos visto nunca, la fisioterapeuta viene un ratito cada día y hay una única limpiadora». «No es la atención de calidad que todos queremos para los mayores», dijo Margarita Pelayo.

Relató que «promovimos elecciones sindicales y la persona que se decidió a presentarse fue despedida. A partir de ahí, ya no hemos soportado más». Por eso también reivindican que se la readmita, un asunto que UGT ha llevado ante el Orecla, «y llegaremos hasta el final». La situación también ha llegado al ICASS.

Para finalizar, mencionó un contacto con los gestores actuales en el que «no quisieron hablar de la readmisión de la trabajadora, y eso no puede ser».

Por su parte, la alcaldesa de Toranzo, Mónica Quevedo, ha explicado que se trata de un problema entre empresa privada y trabajadores, «a los que hemos trasladado que, desde el Ayuntamiento, deseamos que lleguen a un acuerdo en beneficio de las personas residentes».