Hace ahora cuarenta años un proyecto de Francisco Javier Sáenz de Oiza (1918-2000), considerado uno de los grandes maestros de la arquitectura española, salió vencedor del concurso restringido para la construcción del Palacio de Festivales. El edificio de Gamazo, que recientemente cumplió su 30 aniversario, ha vivido en los últimos años mejoras y transformaciones parciales en sus instalaciones, en especial en los espacios públicos y su conexión urbana. La actuación más compleja, singular y ambiciosa de ellas, iniciada el pasado año, actualmente en obras, reside en la adecuación y remodelación de la terraza-mirador y torre, en ambos casos en la fachada sur, frente a la bahía, que permitirá un acceso espectacular para ciudadanos y visitantes.

El arquitecto navarro, Premio Príncipe de Asturias, conocido sobre todo por Torres Blancas (Madrid), concibió para Santander, no sin polémicas y controversias, uno de los edificios postmodernos más importantes de la época. Aunque las obras de esta nueva intervención están sujetas a muchos factores se estima, como avanzó El Diario, que puedan finalizar en otoño. La altura de las torres que flanquean la estructura del Palacio –se ha instalado una grúa para esta operación de 45 metros– y la terraza situada sobre el escenario de la sala Argenta, supondrá convertir ambos puntos en un balcón privilegiado sobre la ciudad y la bahía. Hay que recordar que el acceso al edificio se realiza desde el vestíbulo situado en la fachada norte por la calle Reina Victoria, pero en su concepción original el proyecto estaba pensado para que la entrada principal fuera por la zona sur, subiendo la escalinata de mármol hacia la plaza (conocida como La Lonja) cuyas vistas resultan espectaculares, accediendo a la actual Sala María Blanchard que hace de conector hacia la Sala Argenta.

La presente actuación forma parte de las acciones enmarcadas en la celebración del aniversario del Palacio. Y su objetivo radica en destacar el edificio en relación con la ciudad, permitiendo el tránsito en la terraza y las vistas privilegiadas. Una tendencia abordada en diversas ciudades, como sucederá con otros proyectos en marcha en Santander.

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