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«En España no hemos sabido positivizar nuestras obras a nivel internacional» Sunday, 14 April 2024


El músico asturiano está al frente de ‘Don Gil de Alcalá’, la ópera de Manuel Penella que se ofrecerá en el Palacio de Festivales los próximos viernes y sábado


Rosa M. Ruiz

Rosa M. Ruiz

Santander

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Domingo, 14 de abril 2024, 02:00

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Emilio Sagi (Oviedo, 1948) asegura que la de ‘Don Gil de Alcalá’, la ópera que se representará el viernes y sábado, en la Sala Argenta del Palacio de Festivales, es una de las partituras más bellas de su compositor, Manuel Penella. Con una trayectoria de 40 años, respetada tanto nacional como internacionalmente y reconocida, entre otros galardones con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, el musicólogo está al frente de la producción que llega a Santander de la mano del Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo.

-¿Qué destacaría de ‘Don Gil de Alcalá’?

-A mí lo que más me gusta de esta obra es la música. Creo que es la partitura más conseguida del maestro Penella porque aunque ‘El gato montés’ es muy buena y yo la hice también para la Expo del 92, mi preferida siempre ha sido esta. Es la tercera vez que se representa. Se estrenó en Oviedo, mi tierra, luego se representó en el Teatro de La Zarzuela y ahora la ponemos en escena de nuevo. Para mí sigue siendo igual de especial porque la partitura, al margen de la habanera que todo el mundo conoce, es una preciosidad.

- Parece que no hay acuerdo en si es una ópera o una zarzuela.

-Manuel Penella, que es el autor, la titula ‘ópera cómica española’. Así que poco más se puede debatir. La principal diferencia entre una ópera y una zarzuela es que esta última tiene textos hablados, cosa que no ocurre en la ópera, salvo en algunas alemanas, y este ‘Don Gil’ no tiene ni una palabra hablada. Pero sí, es verdad que al ser cantada en español y con un argumento muy divertido, sobre todo al final, mucha gente la confunde con una zarzuela.

-Admira mucho al maestro Penella. ¿Cree que si en vez de haber nacido en España lo hubiera hecho en Italia tendría la misma consideración que otros compositores?

-Penella está a la altura de los grandes compositores. Fue un gran músico y desgraciadamente en este país no siempre sabemos apreciar las cosas que se hacen aquí. Parece que tenemos un complejo de que lo de fuera es mejor que lo nuestro y no se le ha considerado como se debiera, pero lo mismo ocurre con la zarzuela.

-¿Qué ocurre con la zarzuela?

-Que es un género maravilloso que nosotros mismos nunca supimos envolver de una manera bonita. Ahora sí, por fin, se están haciendo cosas estupendas y con unas producciones escénicas importantes, tanto el Teatro de la Zarzuela, como en otros. Pero nunca supimos envolverlo como los franceses y los vieneses hicieron con sus operetas. Los españoles somos un poco cainitas y, a menudo pensamos, en la música, que las obras de un maestro extranjero son mejores que las de aquí. A lo mejor sí sabemos apreciarla, pero no positivilizarla a nivel internacional.

-¿Qué ha aportado a la dirección escénica de ‘Don Gil de Alcalá’?

-He montado la producción entera, así que te diría que todo. Desde la idea inicial de cómo hacerla, la estética con el escenógrafo y la ropa que llevan los intérpretes con la diseñadora de vestuario. También he trabajado con los cantantes actores para llevarles por el camino que yo creo que es el adecuado, sin ser un dictador, claro. Hay mucho mío, pero como en todas las cosas que hago.

-¿Y en qué ha incidido más, en la parte romántica de esta ópera o en la humorística de la última parte?

-Toda la obra es muy positiva y sí, es verdad que la primera parte es más seria y desemboca en un final divertidísimo en el que se logra que el protagonista, Don Gil, se convierta en un aristócrata. Toda la obra es una maravilla, aunque es cierto que las escenas del final son muy festejadas por el público. Pero también disfrutan con la música y con lo bien que lo hacen los cantantes porque tenemos un reparto estupendo.

-¿Cómo consigue un director de escena hacer creíbles las obras que se escribieron en los siglo XVIII o XIX?

-Las historias siempre se repiten, independientemente que en el escenario los intérpretes estén caracterizados con ropa de siglos anteriores. Las cosas si están bien narradas no se vuelven obsoletas.

-¿No le parece que se compone poca ópera y apenas ninguna zarzuela en la actualidad?

-Se componen bastantes óperas y muchas de ellas muy interesantes y sí, zarzuelas se componen menos, pero yo creo que es porque hubo una época en que se representaba de una manera muy mala y aunque había muchas compañías de zarzuela, tenían una estética horrorosa y mostraban unos personajes que no tenían nada que ver con los originales. Y eso, a los propios compositores les desanimó. No encontraban dignidad en un género que estaba muy denostado y muy mal llevado a las tablas. Ahora sí se están haciendo cosas buenas y estrenando obras. Yo mismo estrené una el año pasado, en el Teatro de la Zarzuela, ‘Trato de favor’, con texto de Boris Izaguirre y música de Lucas Vidal y fue un éxito. Los compositores están viendo que ahora el género se está haciendo bien y con los mismos presupuestos que la ópera.

-Hablábamos antes del maestro Penella al que admira, pero usted también lo es en su campo. ¿Ha sido duro llegar hasta aquí?

-Siento que soy respetado, pero tampoco quiero darle mucha importancia. Hay muchos compañeros que merecen esa misma admiración. Y si echo la vista atrás recuerdo más mejores momentos que malos.

-Los programadores justifican la falta de ópera en sus temporadas por el elevado presupuesto que conlleva mover este tipo de producciones. Sin embargo, no ahorran a la hora de ofrecer musicales que también mueven muchos músicos, actores, cantantes, técnicos, escenografías... ¿Es tan cara la ópera?

-Lo es, pero también es verdad que son grandes espectáculos. Pero un musical ofrece 300 o 400 representaciones por toda España y luego en Madrid puede llegar a permanecer un año y otro en Barcelona. Así que lo que se invierte en esa producción se resarce porque hay muchas representaciones. Esto no pasa con la ópera o la zarzuela. En el Teatro Real igual se hace diez representaciones y cuatro en las temporadas como la de Oviedo, Valencia u otras ciudades. Así que al final invertir ese dinero en menos funciones resulta bastante caro. Una solución que se está haciendo ahora son las coproducciones entre teatros.

-¿En qué proyectos está trabajando ahora?

-Tengo varios proyectos en Sicilia y Japón, pero uno que me ilusiona mucho será en el Teatro Cervantes en Málaga. Se trata de una ópera de Manuel García que se llama ‘El gitano por amor’, que dirige el barítono Carlos Álvarez, que es un gran amigo.

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